Tuve un sueño loidasteel, un sueño mentolado, arrebol estrujado de amarrillos sobre el manto abierto de la carne. Un sueño mudo y atado como fardo sobre el camastro desnudo. Un sueño de cartelito corrugado de “se busca” en el callejón. Un sueño de cadáver tibio de mujer desnuda. Un sueño que llueve el azúcar de tus manos. Un sueño como tus ojos cuando miran a ningún ser. Tuve un sueño como un foco de luz limpia. De trapito húmedo de pino. Tuve un sueño de zapatitos lustrados. Un sueño de pelito corto a los 15 años. Un sueño de Julieta en la esquina con su sonrisa de primer beso. Un sueño de proyectil de aire comprimido contra la mejilla de José. Un sueño de risitas bajo la cama. Un sueño de billetera llenita de billetes. Un sueño de “toda esa mierda blanca calando por dentro como un roedor voraz”. Un sueño de bergantín en el charquito entre tus piernas.
Y un sueño anavillalba tuve mordisqueando la perfección de mi baraja. Un sueño como campanita colgando del lóbulo de la oreja. Un sueño como fiebre de rompecabezas. Un sueño de fasito. Un sueño de “un toque por si las moscas van, y otro toque por si vas detrás”. Un sueño de eco interminable que rompe los cristales de los ojos.
Un sueño romina la de las vías del tren. Un sueño Sandrita cortame las venas. Un sueño marisa faldita corta. Un sueño Laurita de los frágiles huesos. Tuve un sueño redondo entre mis manos. Y otra vez Laurita mentiroso de mierda. Un sueño congestion. Y otro sueño vick vaporub. Un sueño que engordaba más que un plato de spaghettis con albóndigas.
Un sueño tuve. Tuve un sueño al fin, revelador, como tibio cadáver de mujer desnuda. Un sueño que a estas alturas ya comienza a oler muy mal.
