viernes, 6 de enero de 2012

un jodido agujero de mierda

que salgamos lo antes posible. ya mismo. que nos fuéramos antes de dejar la última gota de sangre. si todavía podía caminar. que se apoyara en mi hombro. había que conseguir una botella de algo fuerte. fuerte de cojones. sacarla de donde fuera. eso estaba hecho.

no hay noche peor que la que nace de un tugurio. No hay pena más grande que la del corazón encenagado...que la del pulso dormido! Ni nada que no arregle un buen trago…

si todavía quedaba. y todavía quedaba. y quedaba noche, todavía, gracias al cielo. y también que gracias a María era un hombre sin rumbo. pero mejor ser un hombre sin rumbo que ser un gusano en la senda. mejor es ser algo cierto, pero eso ya es otra cosa.

como terminaríamos así. pura debilidad. pobres alcancías tintineando en la noche su melodía precoz.

caminamos y nos detuvimos. el ciclo normal de las cosas. primero al galope y luego cada vez mas lento. la risa nerviosa y luego la lánguida mueca del mimo.

el amanecer se reflejaba en los ventanales de las tiendas. ya iba cubriendo la calle y tendiendo en los tejados su deshilachado poncho.

que ojalá estuviera dormido en su cama, pero que eso era mucho pedir. y yo, que soñar no costaba nada.

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