domingo, 16 de enero de 2011

Lo que ves, es lo que hay

Deje que el cigarro hilara su ritual del humo. Me acerque a la barra y le cobre la última copa. Sólo quedaban dos clientes. El hombre se bebió la cerveza y se despidió. Afuera llovía. Debían de ser las doce de la noche. Hora de cerrar. Me acerque a la mujer y le dije que tenía que cerrar el bar. Me pidió que le invitara la última. Que qué quería, y ella, que la sorprendiese…así que serví dos de tequilas. 


Patti se había ido con su marido. Los había visto desde la puerta trasera cuando salí a las ocho a tirar la basura. Ella miro de reojo mientras se subían al coche. Su marido también me miro. Creo que sospecha algo. Al principio imagine que él estaba al corriente y que disfrutaba con la situación. Llegue a pensar que por la noche ella le contaba las cosas que hacíamos y que el disfrutaba como un mandril. Ahora no estoy seguro. Aunque sigue siendo una posibilidad. Patti me dice que quiere quedar embarazada. Por lo que sé estuvieron en tratamiento durante un tiempo pero no funciono. Me dice que si queda embarazada no podre ver al niño. Yo le digo que está bien. Supongo que es justo. El llego primero, le digo, no tengo derecho a exigir nada. Ella se ríe, que soy todo un romántico me dice.

Le paso el limón y la sal a la mujer. Está de buen ver. Tiene el pelo tintado de rubio, y unos ojos redondos como nueces y enrojecidos por el alcohol. Se pasa la lengua por la mano mientras me mira fijamente a los ojos e inmediatamente se me pone dura. Busco el mando de la persiana. Cierro la persiana de modo que nos quedamos encerrados dentro del bar. Ella me mira y sonríe. Dejo la botella de tequila sobre la barra y me salgo. Lleva un vestido blanco que le llega a las rodillas. Tiene el culo ceñido y piernas rollizas. Me siento a su lado y nos tomamos el tequila.

Una hora antes había estado su hijo hablando con ella. Dice la abuela que vengas, le dijo el niño, y ella, dile a tu abuela que se joda…mamá, dice la abuela que por lo menos me des el dinero… jódete tu también, le dice al niño. El niño se quedó mirándola con tristeza, y ella, vete con tu abuela, y luego, apoyando su mano sobre el hombro del niño, que todo saldría bien.

Patti viene por las tardes, mientras su marido está trabajando. Ella también trabaja. Regencia una inmobiliaria con su hermano y que queda frente al bar donde yo trabajo. Solía venir todas las mañanas a beber café. A eso de las diez. Más o menos a esa hora yo ya llevaba en la sangre un cuarto de botella de Casaya. Ella llegaba, me pedía el café y se me quedaba mirando. En ocasiones venía con su marido, claro que al principio yo no sabía, pensaba que se trataba de un compañero de trabajo. No es que me importase pero el hecho de que nunca se besasen o se cogiesen de la mano me llevo a pensarlo, y también porque ella me miraba de forma insistente incluso estando él delante.

Fue un sábado que hable con ella. Antes nunca venía los sábados. La inmobiliaria está cerrada los sábados y su marido no trabaja. Así que ese sábado, cuando la vi entrar, supe que era el momento, y sin perder tiempo y avispado como estaba por la casaya le dije que teníamos que hablar. Ella acepto y nos fuimos a la parte de atrás del bar. Las mañanas y las tardes son tranquilas, no hay muchos clientes, así que una vez que estuvimos en la oficina, sin mediar palabras la tome de la cintura y hundí su boca en la mía. Patti tiene 40 años y un coño que chorrea lava.

Sirvo dos tequilas más y le digo que pasemos a la parte de atrás. Que tengo que apagar las luces del bar por si pasa el jefe. Nos bebemos la copa y nos llevamos la botella a la oficina del jefe. La dejo ir delante para ver si se contonea al caminar, pero está tan borracha que camina como un pato. Le toque el culo pero ni se inmuto. Cuando llegamos a la oficina me dice que deje la luz apagada. Por el tragaluz entra la claridad de los faroles de la calle así que el lugar está bastante iluminado de todos modos. Cojo una manta que utilizo para dormir por las tardes, mientras el bar está cerrado y hago que se tumbe encima. Me pongo sobre ella y comienzo a besarla. Sus besos son como un cóctel de tabaco y alcohol que no saben nada mal. Tiene la saliva fría y los labios resecos. Dejo que mi mano suba por su pierna, por debajo del vestido. Luego le subo el vestido. Lleva puestos unos Pantis de encaje negros. No sé porqué me recuerdan a los calzones de mi abuela. En ese Momento recuerdo que me he dejado los condones en la caja registradora. Los guardo ahí porque no suelo usarlos. La maquina no me funciona si le calzo los guantes. Pero como ella esta borracha pienso que no notaria la diferencia. De todos modos no estoy seguro de querer hacerlo. Parecía que sí, pero pienso en el niño, en la abuela, en mi mujer en casa esperando, en Patti y cuando me dice que lo que veo es lo que hay y que no exija más que eso,  y me pregunto, con la mujer semidesnuda tumbada en el suelo, por qué mierda tengo yo que conformarme con las migajas de los demás. De todos modos me arrodille frente a ella, me baje los pantalones, los calzoncillos y le puse mi verga tiesa en sus manos. –

Oh dios bendito…-murmura, y comienza a masajearla.

Entonces la cojo por la nuca y empujo su cara hacia mí. Que me la chupe le digo, pero en cuanto se incorpora, se hace a un lado y vomita sobre el suelo salpicando un poco la manta. Lo sé porque mi rodilla derecha siente el calor del vomito. Joder, pienso, lo que faltaba. Le paso el tequila y le digo que se enjuague la boca. Lo hace y me pide que me la folle, me dice…fóllame como él lo hacía… me pregunto quién será él y luego se lo pregunto a ella…me dice él es el pasado…y me parece lógico…por eso estas como estas, le digo…se ve que el pasado te ha jodido de fenómenos…bien jodida qué estás, le digo…y ella me dice…tú no estás mejor que yo…ah, no? le pregunto y me dice déjate de hablar y fóllame…pero yo sigo sin estar seguro…entonces ella me rodea con sus piernas y empuja hacia dentro…lo hace tan bien y esta tan cálida que no puedo resistirme, pero cuando entro va y se desmaya…lo sé porque mientras estoy empujando ella deja de apretar…le doy unas cachetadas pero no reacciona, así que retiro mi verga y es cuando la saco que ella vuelve en sí…que haces, me dice, vuelve a meterla…y yo, es que pensé…y ella, deja de hablar, me dice, y vuelve a entrar…entonces me enredada con sus piernas…y cuando entro va y se desmaya otra vez…a qué estás jugando, le digo…pero no responde...así que la saco y ella vuelve en sí…que haces…me dice, por qué la sacas…pero si pareces muerta, le digo…esto no tiene sentido…pero ella, sin responder, vuelve a enredarme entre sus piernas y vuelta a empujar …vuelve adentro, me dice, y me imagino que dentro es un lugar muy oscuro dónde no sólo estamos ella y yo, sino también su hijo y la abuela y ése que ella dice que es parte de su pasado…entonces decido que no quiero entrar, y me pongo de pie, mientras ella permanece como ida…me subo los pantalones y luego la despierto y le digo que tenemos que irnos…a dónde, me pregunta, que no quiere irse, que quiere quedarse conmigo…y yo le digo que la llevare a mi casa…te llevare conmigo, le digo, y ella que está bien…que la ayude a ponerse de pie. 


Salimos de la oficina, yo voy delante. Me voy hasta la caja, saco el dinero y cojo las llaves. Le abro la puerta de atrás y le digo que salga ella primero,  que yo tengo que poner la alarma, le digo, que me espere fuera. Ella no se opone y salé tambaleándose como un ente y yo cierro la puerta detrás de ella y me voy a la barra y abro una lata de cerveza y me la bebo mientras me fumo un cigarrillo. Voy a hacer tiempo hasta que se vaya, pienso, luego me voy a casa.

Mientras estoy ahí, sólo, me parece volver a escucharla diciéndole al niño -todo saldrá bien- y de repente me siento terriblemente triste y rompo a llorar, también yo como un niño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El Modo

este que se arrastra por las calles entre la gente el que se pasa el día llorando en un cuarto oscuro deseando estar muerto no soy yo ahora ...