miércoles, 18 de mayo de 2011

Caracoles

Atónitos y vacilantes sobre el entierro
mis ojos bebieron las filas de vuestros féretros
Yo!, que me crie con la melodía de vuestros frustrados antojos
(caracoles subiendo por la garganta de tierra)
y resulta que soy yo el dudoso?
la nena no bebió del néctar de las negras manzanas-
Claro!, bien lo sé yo!
es por ello que ahora arde por gratuidad
premura de entierro la empuja entre sabanas y
la fuerza a soportar el cuento inexorable de las visitas
Yo!, que pasé las noches del mundo amaestrando a los pájaros de luz
ahora tengo que soportar el luto de verlos yacer sobre delgadas redes
presas de un doloroso extravío, con el corazón licuándose en sus buches
y ahora resulta que soy yo el insensible?
la nena no quiso ser de verdad
y por ello, hoy le crecen granos como meteoros
y avanza con su rebaño, pastando, pasando, mamando
yo! que soy huésped de cada uno de mis recuerdos
que a menudo se mueven dentro mío como escalpelos mal tragados
o saltan fuera como ranitas de su charco
lacerado y abandonado y que sin embargo no me ofendo
porque tengo las raíces en el mismo suelo donde él nació
(la voz nómada que se fue antes de tiempo)
pero no! ella no lo sabrá sino mucho después
por ahora dejemos que arda por gratuidad
y siga buscando refugio para la tormenta que lleva en su interior.

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