lunes, 29 de noviembre de 2010

A falta de algo mejor

Es un montoncito de trapos insinuándose al lavandero.


La línea percibe la curva y tiembla. El miedo es un fantasma, pero sus consecuencias son irrefutables.


Cuando entro a esos almacenes de baratijas sólo deseo colarme en la trastienda. Lo mejor siempre esta descatalogado, fuera del alcance de la vista. Me ocurre exactamente lo mismo con el mundo, este escaparate lleno de cosas que no quiero.


Cuando dibujo, dos o tres horas pasan como un suspiro. Será por eso que al asomarme a la hoja en blanco se apodera de mí un vértigo abrazador.


Suelo soñar que muero por un disparo a quemarropa. Hoy he leído que uno mismo es cada uno de los personajes de su propio sueño. Ahora sé el cómo, sólo me resta decidir cuándo.



Desciende la luna sobre el mutilado
que resplandece como el barniz.
Dormido, cansado
su lengua rugosa lame la noche.
Su lengua y sus ojos
proyectan otra vida más allá del hombre.
Lejos del encuadre gelatinoso
de la existencia.

viernes, 26 de noviembre de 2010

002

Sus labios de hojaldre
besados de azúcar.

Ahí viene
y es como un pañuelo
que se fuga por la calle del puerto.

Por más que lo intente sé
que no sabría decirle
cuanto amor se esconde
detrás de mis versos.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Sentenciado

XVII
Saco punta al lápiz. Como dice mi hermanito de 4 años, que es todo un filosofo de la materia: “lo que más me gusta es borrar y dormir”.


XVIII
Y ella me escribe. Y como agradezco sus mensajes. Si las buenas costumbres no me limitasen diría que me está enamorando con cada palabra.


XIX
Se tienen mil prejuicios contra todo y al amor se lo deja vagar en libertad. Pero pasa que las cosas son sin más y el amor, en cambio, es un ramillete de prejuicios empaquetado con mil florituras.


XX
Una semana encerrado jugando al Pac-Man me ha enseñado que o te comes a los fantasmas o ellos te comen a vos. Y que la píldora puede ser una solución rápida pero de poco alcance. Habrá, pues, que ir pensando en mañana.


XXI
…y la lámpara proyecta sus sombras sobre todo el que brilla con luz propia.


XXII
Que está harta del pasado me dice la coleccionista de estampillas.



XXIII
voy a dejar de fumar, está decidido. Esto paso hace un mes. Luego de cinco horas sin nicotina estrelle el ordenador contra la pared, le di una soberana paliza a mi vecino delante de su mujer, y acabe el día esnifándome dos paquetes de ducados. A partir de entonces, en casa me tienen prohibida cualquier iniciativa. Que hay cosas, me dicen, que es mejor dejarlas como están.


XXIV
Ya no hago ciertas cosas, pero que ciertas eran las cosas que hacía.


XXV
De no haber errado tanto como erré aún me quedaría mucho camino por delante. No puede dar aciertos quien no aprende a fuerza de equivocarse.


XXVI
Cuando llueve salgo a la calle para ser bautizado. Le di mi amor como se da un ramillete de flores y he ahí que estuve mal. La próxima vez le cobrare diez céntimos por cada flor. La próxima vez…he ahí donde sufro goteras. Al amor se lo bautiza bajo la lluvia, entre las flores. He aquí una hermosa metáfora.


XXVII
Buscar en los espacios negativos la verdadera forma. Otra cosa es dormir desnudo y acusar un resfriado. Dolerte de goteras y hacerte el calcetín sucio. Esnifarte mil amaneceres y maquillarte las ojeras. Repetirme el cuento chino y soplarle tres veces el rancho a la esperanza.


XXVIII
Le dije:
-La moraleja del cuento sólo sirve a ese cuento, y la casualidad es un tipo que espera durante cinco horas escondido en un zaguán a que pase menganita de sus amores para caerle encima a la vez que le suspira ¡ah, qué casualidad!-


XXIX
En esta tarde los arboles filtran un ruido de ubres. En esta tarde la impostura encadenada del terreno que hace sospechosa toda verdad. Tarde que se impuso y tuvo poder sobre todos mis instintos.


XXX
obra grandiosa que invierte todo el amor en el porvenir, pervirtiendo todo lo soberano, inherente a la belleza!



XXXI
¡Hombre que es él con un martillo divino, predicando la atrofiada voluntad de quebrantar a los fuertes.


XXXII
Sufre el virus de la palabra! Sabiendo de antemano que no hay cura posible.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Sentencias

I

Quiero subir hasta la cima de mi cabeza. Saltar al vacío, fuera de mi, desde mi misma altura.
La caída debe ser MORTAL!

II
...Y este hombre se dejo abatir, se dejo arrastrar, se dejo culpar y, a los golpes, se vencio a si mismo.

III
La sinceridad del hombre es la sinceridad de las bestias.


IV
Retorica: Estética del abismo.


V

...Y cuando te pregunten:
-Por qué? – responderás
-Porque así me han enseñado!.
Olvidándote de todo aquello que te han enseñado y has preferido olvidar.



VI
Cuando lo imposible cede. Cuando cuesta trabajo lograrlo y se consigue, no hay sentimiento más maravilloso, ni recompensa mayor que el camino recorrido aún más que el objetivo logrado.


VII
Empeñarse. El empeño es fundamental. A todas horas nos dicen que no podremos lograrlo, que es imposible. Nosotros mismos llevamos esa creencia filtrada en la sangre. Pero hemos de ser toscos y continuar. Todo lo prohibido, toda fe en lo imposible es obra del hombre y es labor del hombre acabar con los misticismos. No existe el no puedo. No existe el ya está hecho. Solo la lucha incesante y la gracia de saber que lo hemos intentado.


VIII
El hombre vuelve a las viejas cosas, a los viejos nombres, a las viejas calles; a lo viejo la mirada, al pasado la memoria.
El hombre está volviendo cuando perece que avanza, al instante primero, a la verdad suprema.
EL hombre se busca y debe volver para encontrarse.
El hombre vuelve cuando parece que avanza y en su retorno encuentra cosas nuevas.



IX
Ya no estás, Ya no estoy. Mi ausencia esta colmada por tu ausencia como un puente oculto en la niebla.


X
Ya no miras a tu alrededor. Ya no hueles las flores ni te sientas a contemplar el amanecer. No hay donde mirar. ¿Quieres huir? ¿hacia dónde? TODO LO HAS CERCADO CON TU ESTUPIDA EXPANSION. Tu voz ha de volver a ti al final del dia en desesperados ecos vacios.


XI
Quien dé por seguro el encuentro sencillamente dejara de buscar.



XII
-Cuando quieras- será en el momento inoportuno.
-Cuando puedas- será tarde.


XIII
Las fugaces sonrisas que me dedican ciertas hermosas mujeres al pasar por mi lado me recuerda que hay paisajes que solo deben ser vistos desde
prudentes distancias. Cuando se los habita pierden todo encanto y se vuelven vulgares. Mucho mejor es quedarse con esa sensación de júbilo que nos producen cuando se los ve alejarse.


XIV
Quiero nadar en las aguas de lo finito, cercado por violentos pero efímeros limites. Quiero estar a salvo en la madriguera. Quiero no intentarlo siquiera.
Quiero no alzar la cabeza por no ver la presa, UNTUOSA.



XV
El sueño: Donde lo que no fue en conjunción con lo que ha sido se vuelve premonición de futuro.


XVI
Cuando dos personas se despiden para siempre, la una se aleja y la otra se queda midiendo la distancia entre el ayer y el momento del adiós, simplemente, para reconocer el espacio geográfico en el que se encuentra y decidir si podrá regresar a casa por sus propios medios o si será necesario pedir un taxi.
---------------------------------------------------------------------------------
10 de julio 2006, 00:53










jueves, 28 de octubre de 2010

Poemazón

En la madrugada es que me encuentro
pero no creceré junto con el día
me habré quedado dormido
a las puertas del alba.

Cuando ella afila el silencio
para rebanar los gorrionemas
poemajaros que le escribo.

Hay un punto de luz sobre el cristal
el reflejo de mi cabeza fumando
como el rojo de un poemazón.

Prometió hacerme sufrir
y ella nunca falta a una promesa.

sábado, 23 de octubre de 2010

La casualidad

a Carito

Me dijiste que dejando todo en manos del azar este no hacía que nos crucemos…y yo te digo que el azar es eso que pasa todos los días, pero lo que ocurre es que hay que estar justo en medio para que nos toque…en todo caso…arreglado el problema (a las 13hs.) te escribí esto. Espero te haga reír.


La casualidad puede ocurrirle a dos personas que suelen asistir a un mismo sitio a diferentes horas y que por alguna razón un día uno de los dos se retrasa y coincide con la otra…por ejemplo:

Un enorme nubarrón en el cielo y fuertes ráfagas de viento amenazan tormenta. Con un 80% de probabilidades de lluvia gran parte de los transeúntes (odio esa palabra) empuña sus paraguas cual espadas. De repente el cielo descarga una gota. Sólo una. La desilusión de los rostros quita importancia al fenómeno. Habría que pensar que una gota es tan difícil de crear como un millón de ellas. Sigue siendo, después de todo, un fenómeno digno de la física.

En fin, a lo que íbamos...

Esa sola gota que acaba de escupir el cielo, cae sobre el cristal de una ventana del edificio de la calle perico Pérez. Es una gota saludable de vientre plateado pero que, a medida que se desliza sobre el cristal, va perdiendo mucho de sí. El ejercicio afecta a las gotas casi de manera inmediata. Debe ser por eso que rara vez se vean goterones.

La gota se suelta y cae sobre el toldo del balcón del primer piso que, precisamente, el día anterior fue encerado por su dueño (Tengamos en cuenta que es verano y hay que protegerlo de los insistentes rayos del sol). Así que la gota, ni bien toma contacto con la superficie encerada, baja ligera como un rayo.

Un hombre, que en ese preciso instante (en un relato sobre la "casualidad" son muy importantes los términos como..."de repente" "en ese preciso momento" o "precisamente") pasaba por debajo del toldo, alza la vista y la gota cae dentro de su ojo izquierdo (Siempre es un misterio el por qué de que un hombre alce la vista cuando pasa por un edificio. Algo que de todos modos no nos compete a nosotros desvelar).

Lo que ocurre cuando la gota impacta sobre el ojo izquierdo del hombre es algo que se puede deducir fácilmente. El hombre se lleva ambas manos a la cara (con una habría bastado) y a ciegas sigue avanzando hasta tropezar con un perro, que en esos momentos paseaba su vida de perros repleta de pulgas por la calle perico Pérez. El perro que lanza un aullido lastimero, el hombre que tropieza y cae de bruces…el perro que sale disparado…la gente que se gira a mirar sin detenerse (será porque enseguida notan que el hombre va a levantarse por sus propios medios)…y efectivamente, el hombre se incorpora lentamente sin mirar a su alrededor, profundamente apenado por lo que acaba de sucederle…avergonzado! (El hombre tiene la extraña costumbre de sentirse avergonzado por caer delante de sus semejantes, pero seguramente ese mismo hombre no se sentirá avergonzado de sus canalladas, las cuales lleva a cabo con premeditación. Si preguntásemos por ahí, a los testigos de la caída, a los que no han corrido en auxilio del desafortunado o que, simplemente, no se han acercado a preguntar siquiera si se había hecho daño…si a esos mismos les preguntásemos si no se sienten avergonzados por su actitud, seguramente responderían que no).

Finalmente…Raúl que en ese momento tenía que acudir a la biblioteca, tumbado en el sillón, apenas si se hace eco del ladrido del perro (a decir verdad, ni siquiera se entera de lo ocurrido. Toda una casualidad, no?). Visiblemente intrigado cambia de canal y se dice que como han anunciado lluvia mejor se quedara en casa e irá más tarde a la biblioteca. Precisamente (otra vez el término mágico, indubitable protagonista del relato) a la hora en que Julia quedo en encontrarse con unas amigas de la universidad.

El resto no será ya casualidad. El resto será o no será, como consecuencia de una suma de creencias y costumbres.

Casualidades y misterios de la vida humana.

jueves, 21 de octubre de 2010

(.)

Se blanquea la soledad con la semántica del trueno en el cuartito que comparte con la amargura. Cortinitas de encaje a la hora de la siesta con martillito en mano clavan clavitos en el cariado silencio bajo las prisiones de los rostros cerrados de la tribu de las vides o por el engrasado ronquido del hombre blanco/

El niño desencantado de la vida rabioso se retuerce de huecos taciturno y se llora/

En la parada del metro el áspero reflejo de uno mismo proyectado sobre la babel que corre entre raíles te absorbe como tabardillo/ funesto cuaderno/ floraciones del arroyo/ y se va tu inútil cuerpo (ahí es que se va) sin pagar peaje por el atajo dulce del campanario/

Finalmente suspiras bajo el hechizo de unos ojos grismente grises como el relámpago del naufragio que te arranca una recóndita carcajada para que las sombras que se despliegan de tu felicidad te abracen como camisa de fuerza sobre un fondo de herraduras mientras alguien toca “ Nessun Dorma”/ es el lúgubre rayo sincopado de la riqueza lo más parecido a un beso de mujer que jamás llegaras a sentir.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Paisajes II

Mes embarrado de encajes
y acristalado eco de cosecha
estirpe de los días en peaje
melodía de níquel en letanía
Caigo ante ti
astillado y sin piernas
porque sólo tu
podrás reconstruir lo que de mí
yace entre ruinas.

Del saber de las cucharas y las sillas IV

Cuando las sillas proyectan su costura de sombras
y el camello luce nórdicos colores
como el ardiente salto del equilibrista
un nombre escrito por intermitentes sílabas
exige de mí el brillante
juego de luces que no tengo.

Pecado Capital V

Como un faro victorioso y coronario
el sacro escudo de incienso
desciende sobre la bicóncava herida de cromo
que fermenta en mi postrero antebrazo
cariado por las eyaculaciones del sol.

Paisajes I

En los largos meses huérfanos de sol
Cuando la limosna de las gaviotas
Naufraga en los arroyos,
Rompe el vacio la artesa del trueno
Con suspiro investido que ahuyenta mendigos.

domingo, 10 de octubre de 2010

Del saber de las cucharas y las sillas III

HUMO que ladras a través
de las lúbricas cabezas de ballena.
acrobática exhalación de dios,
cristalina ceniza de las aguas,
lapida que envuelves de oración,
de nubes el desfiladero de los despeinados
perdidos y vacilantes
con arpegios de equipaje.
Dulce humo denso que ladras a través
de las lúbricas cabezas de langosta
embotéllame en el vacio ojo de nuestro señor
o en la profunda bahía sin huellas.

Del saber de las cucharas y las sillas II

PRÍNCIPE que se desliza por entre ruinas
y vacilantes articulaciones de madera;
a través de densas emanaciones de araña;
de las columnas de lino en llamas
y arpegios que anuncian el tedio
de las blancas cabezas de lámpara
congregadas sobre el pedernal
como la niebla sobre las lapidas
en una fría mañana de diciembre.

Del saber de las cucharas y las sillas I

EL MONO amarrado a la silla
predica su espoleada desesperación
en forma de grandes bloques de luz
brillante
que se vuelven ceniza en las venas del amor.

001

En todo poema
existen sombras malabaristas
oigamos pues en silencio su danza
acariciemos pues con las pestañas
la cálida luz de sus gestos
la dulce claridad mortal
con que nos traspasan.

El Modo

este que se arrastra por las calles entre la gente el que se pasa el día llorando en un cuarto oscuro deseando estar muerto no soy yo ahora ...