Ella esta descalza en la habitación del hotel
sobre la cama, juega con sus dedos
a la espera de que una lluvia fría
bautice nuestros cuerpos.
yo, mientras tanto,
temo que de un momento a otro
nos tiren la puerta abajo.
Ahora, muchos años después
puedo confesar
que ella me hizo poner colorado
por las cosas que, al verla así,
llegue a pensar.
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