Yo quería ser un poeta
de camisita blanca en verano
y suéter de lana en invierno.
Un poeta sobrio
y de vez en cuando
encontrar
la palabra exacta.
O de esos que dicen
en tres o cuatro estrofas
gandes verdades
que nos conciernen a todos.
Creí en la poesía
como el perfecto camino hacia vos.
Yo quería ser poeta
sentado a la mesa de un bar
prescribiendo recetas contra la soledad
que siempre está conmigo
desde el primer chirlo de la luz
hasta la primera sangre
o el primer beso.
Yo quería ser un poeta sobrio
de esos que no dicen demasiado en un poema
apenas lo suficiente
y se callan lo que importa
para que el que lee encuentre
Por sí solo la verdad.
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