lunes, 7 de septiembre de 2020

Final Feliz

 Estábamos de viaje hacia la costa. Yo manejaba y ella me daba conversación. A los lados de la ruta las planicies verdes Y las vacas pastando. De vez en cuando una cuadrilla de caballos galopando libres y majestuosos, como dioses de infinita bondad, con el pelaje resplandeciente bajo el sol a campo abierto.

El viaje era largo y ella comenzó a reprocharme mi idea de volverme a España.

Estaba cansada, el camino comenzó a irritarla y siempre que se irritaba yo era su quita tensión portátil.

-Porque en este país (Argentina) hay que tener carácter!- dijo -

- y vos mucha poesía, mucha educación, mucho encanto, pero no tenés carácter- dijo - estas acostumbrado a vivir en España, esto no es España, acéptalo de una vez- grito

- Tengo carácter, me críe en tu Argentina, tengo trece años mas que vos y me querés decir como es mi país? - le dije

- Entonces no se que te pasa!, estas apagado!, desganado!- me dijo

- Los gobernantes me pasan, la gente que ve como le roban y agachan la cabeza y siguen contribuyendo a que los de arriba se sigan llenando los bolsillos - le dije - me hablas de carácter y ni siquiera sabes a que te referís- le dije - si tenés tanto caracter da la vida por tu país, por tu gente, pero da la vida, no te quedes en monsergas. - le dije

- Esa no es la solución- me dijo - pero tampoco irnos otra vez a España- siguió- - entonces tu solución es dejarles el país y no quedarte a luchar desde otra manera.-

- Qué manera piba? - le dije - las cartas ya están repartidas - no hay manera posible, el juego es así y los jugadores son los que son desde hace 40 años. Los mismos de hace 40 años o los hijos o sobrinos y amigos. Son la nobleza en negro, mafia encubierta. No son los que vez en la tele. Es como ún teatro de marionetas. Vos ves el monigote, pero las manos que los mueven y los que hablan estan detrás del cartón. 

Fuera comenzaba a oscurecer. Ya podían verse las estrellas y el cielo era de un azul polarizado. El coche comenzó a dar tirones.

-Qué le pasa a esto ahora - pregunto ella

Sin contestarle miré el indicador de gasolina, marcaba el final de la reserva.

-Que no tiene gasolina - le dije

-Y cómo puede ser, sos vos el que maneja, el que tiene que ocuparse de esas cosas! - me grito - Dios mío! Con quien estoy!- agrego, tapándose la cara.

- Nos habremos pasado la estación, cariño - le dije -  con tu charla tan amena se me debió pasar por alto, estaba tan a gusto - proseguí en tono de burla.

- Me quiero bajar!- dijo mientras intentaba abrir la puerta del auto.

- No hagas tonterías- le dije - adonde pensar ir?- agregue

Ibamos de bajada y el coche seguía dando tirones hasta que el motor se apago. La inercia por el camino inclinado nos hacia mover, así que aproveche para dirigir el coche al costado de la carretera. Avanzamos unos metros más y cuando llegamos a suelo plano el coche se paro. Ella, sin decir nada abrió la puerta y se bajo del coche. Yo me encendí un cigarro y pensé, ojalá se abra la tierra y nos trague junto con "tu país" y las vacas y caballos y gasolinera y vuelva a cerrarse en una costura perfecta.

 


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El Modo

este que se arrastra por las calles entre la gente el que se pasa el día llorando en un cuarto oscuro deseando estar muerto no soy yo ahora ...