El abismo que pisas
Ese viejo vacío
De sombras de ensueño y
Mañanas carnosas
Y turgentes.
Ese vino barato
Te jodió el hígado
Y gimes como un niño
Entre los susurros marinos
de una alucinación.
En tu lecho de barro
El sol germina
El moho de un amor muerto.
Pálido viento
Blanca despedida
Donde te desvaneces
Antes de poder decir adiós.
Mientras tu padre amortigua tu caída
un aroma condimentado
Por viejos caprichos
Te empuja hacia abajo.
La muerte se deshoja
Cada día
La oyes sollozar
Y sabes que es por ti.
El tren esta entrando en la estación
Y tu te acercas peligrosamente
Al filo del anden.
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